Día del Amor y la Amistad enTailandiaDía del Amor y la Amistad en Rusia.Día del Amor y la Amistad en un zoológico de La India.Día del Amor y la Amistad en un acuario de China.Día del Amor y la Amistad en China.Día del Amor y la Amistad en China.Día del Amor y la Amistad en Irak.Día del Amor y la Amistad en Singapur.Día del Amor y la Amistad en Singapur.Día del Amor y la Amistad en China.Día del Amor y la Amistad en un zollógico de China.Día del Amor y la Amistad en EspañaDía del Amor y la Amistad en IrakDía del Amor y la Amistad en un zoológico de Gran Bretaña.Día del Amor y la Amistad en un zoológico de Gran Bretaña.Día del Amor y la Amistad en India.Día del Amor y la Amistad en ChinaYa no son sólo los enamorados los que se intercambian regalos; también los niños en los colegios se ven en el compromiso de obsequiar a sus maestros y compartir golosinas con los demás pequeños.En cualquier caso, el mensaje es el siguiente: compre, compre, compre, si no es un planeta al menos una tarjetita que le ahorrará el esfuerzo de pensar lo que quiere decir al ser querido.Los extravagantes tienen a su disposición el regalo de los enamorados por antonomasia: la Luna. Por cerca de 20 dólares, gastos de envío incluidos, el comprador recibe un título que le da derecho a un terreno de menos de media hectárea (en la web www.lunarembassy.com).Lo más importante es no caer en la "lista negra" elaborada por los numerosos especialistas en "regalogogía" que estos días desfilan por los programas de televisión. En esta lista se incluyen las suscripciones al gimnasio, ya que a nadie le gusta que le recuerden lo gordo que está, o las tarjetas-regalo de la ferretería Home-Depot, una manera como otra cualquiera de recordar que ya es hora de colgar ese cuadro que lleva meses apoyado en la pared.Los expertos en estas lides, que los hay, recomiendan acudir a los clásicos, como ramos de rosas, bombones, peluches o joyería, todo ello regado con buen vino, y si es con champán, mejor.Desde las pequeñas tiendas de barrio hasta las grandes superficies, no hay comercio que estos días se libre de la figura de Cupido o algún otro recordatorio, más o menos cursi, de que San Valentín ya está aquí y con el santo la necesidad de aflojar la cartera.Poco queda ya de la idea original detrás de San Valentín, una fiesta tomada al asalto por la comercialización y que, con sus omnipresentes corazoncitos rosas, comienza a empachar incluso a sus más fervientes seguidores.
