La Secretaría de Salud en Durango, cerró el 2018 con 246 casos de adolescentes embarazadas, entre las que se encuentran 34 de Gómez Palacio y 21 de Ciudad Lerdo.
La Secretaría de Salud en el Estado cerró el 2018 con un total de 246 embarazos en menores de 15 años de edad, en donde la capital registró el mayor número de casos en toda la entidad, seguido por el municipio de Pueblo Nuevo.
De acuerdo con dicho registro, en la capital se registraron un total de 72 casos de embarazos en adolescentes, mientras que en Pueblo Nuevo, segundo municipio con más casos, registró 53 casos.
Le sigue Gómez Palacio, con casi un 50 por ciento menos que en la capital, al registrar 34 casos y después se encuentra Lerdo con 21 casos de adolescentes embarazadas.
Por datos proporcionados por las Jurisdicciones Sanitarias, es la número 1, en donde se contabilizaron 148 casos, ya que abarca tanto el municipio de Durango como el de Pueblo Nuevo, así como el del Mezquital, en donde se contabilizaron 13 casos.
La Jurisdicción Sanitaria 2 contabilizó un total de 71 casos, siendo los municipios de Gómez Palacio y Lerdo, los municipios con mayor número de casos.
Mientras que la Jurisdicción 3 con cabecera en Santiago Papasquiaro, sólo se contabilizaron 20 casos de embarazos en menores de edad, siendo la ciudad de Nuevo Ideal, en donde se registró el mayor número de casos al contabilizar sólo seis así como Canatlán.
La Jurisdicción número 4 con cabecera en Rodeo, contabilizó sólo siete casos de embarazos, siendo la comunidad de El Oro en donde se registró el mayor número al registrar sólo cuatro.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el embarazo en la adolescencia sigue siendo uno de los principales factores que contribuyen a la mortalidad materna e infantil y al círculo de enfermedad y pobreza.
Los embarazos en la adolescencia son más probables en comunidades pobres, poco instruidas y rurales. En algunos países, los embarazos fuera del matrimonio no son raros.
Las complicaciones durante el embarazo y el parto son la segunda causa de muerte entre las jóvenes de 15 a 19 años en todo el mundo.
Los riesgos a los que se expone la joven son diversos, pero destacan: someterse a un aborto clandestino, caer en adicciones, prostitución y delincuencia. Para hacer frente a este problema, es necesario desarrollar estrategias preventivas orientadas al riesgo de embarazo temprano o la adquisición de enfermedades por transmisión sexual, mediante la implementación de programas educativos de alcance personal, familiar o escolar para este grupo etario. Se insiste en la necesidad de que dichos programas sean constantes y persistentes, como una estrategia básica que permita disminuir los riesgos consecuentes a una vida sexual no planeada o aceptada.
