La Unema-Capa se ubica en la calle Francisco Villa 473 del fraccionamiento Villa Nápoles. (EL SIGLO DE TORREÒN/EDITH GONZÁLEZ)
De tres a cuatro pacientes de primera vez recibe, a la semana, la Unidad de Especialidades Médicas (Uneme) - Capa (Centro de Atención Primaria en Adicciones) por consumo de metanfetaminas, especialmente de la droga conocida como cristal, lo que supone un incremento considerable en los últimos tres años, ya que anteriormente esta era la cantidad que se registraba por mes.
Fernando Sánchez Nájera, coordinador de la Uneme-Capa, dijo que son adolescentes en edad puberal y jóvenes los principales usuarios de estos servicios, aunque también atienden adultos.
La edad mínima de los pacientes que han acudido este año es de 13 años, mientras que la máxima es de 58.
"No hemos atendido a niños de 10 a 12 años, sino a partir de los 13. Hoy en la mañana una señora de 58 años acudió por consumo de metanfetaminas, era consumidora durante su juventud, pero en días pasados falleció su hermana menor, perdió el control y volvió a consumir, antes de seguir pidió apoyo", dijo Sánchez Nájera.
MOTIVOS
Lo que no se ha modificado sustancialmente son las causas que llevan al consumo de drogas. En los jóvenes, la imitación o la búsqueda de pertenencia a un determinado grupo y la curiosidad, son algunos factores.
Sin embargo, el especialista habla también de la disponibilidad de las sustancia que existe en la actualidad, así como el abandono emocional y físico que experimentan muchos jóvenes por parte de padres y madres por distintas circunstancias.
Mientras que en las personas adultas, la mayoría tienen antecedentes de uso de drogas.
"Son personas que consumían alcohol, marihuana, y de pronto llegan a esta sustancia altamente adictiva que altera la neurofisiología cerebral y mental, produce estados emocionales de ansiedad, angustia, impulsividad, irritabilidad y se agregan síntomas psicóticos como paranoia y agresividad".
Quienes consumen estas sustancias pueden llegar a atacar a personas, incluso de su misma familia.
Al mes, la Uneme-Capa atiende entre 30 y 40 pacientes de primera vez, de los cuales por lo menos 12 son por consumo de metanfetaminas.
Aunque predomina el uso de alcohol, seguido del tabaco, marihuana, cocaína, inhalables y cristal, en este orden, esta última droga ha tenido un incremento significativo.
"Cuando yo llegué aquí, hace tres años, veía tres o cuatro casos al mes, y ahorita ya estamos viendo de tres a cuatro a la semana", dice el también psiquiatra.
La metanfetamina es un estimulante sumamente adictivo que afecta el sistema nervioso central.
SEÑALES
Según los Centros de Integración Juvenil (CIJ), las señales de alerta son: cambios de conducta y en los intereses habituales, incumplimiento de responsabilidades en casa, escuela y trabajo, alteraciones del sueño, pérdida de apetito y de peso, respiración agitada, aumento de temperatura corporal y marcas, llagas y heridas en la piel, daños en la dentadura, hemorragias nasales y descuido de la higiene personal, además de conductas violentas y alucinaciones. También se da un aislamiento social.
Entre las consecuencias del consumo están los cambios drásticos en el estado de ánimo, oscilaciones entre euforia y depresión, irritabilidad, conductas violentas y destructivas, desorientación y confusión.
El consumo de metanfetaminas puede ocasionar lesiones cerebrovasculares, cardiovasculares y físicas, así como infecciones en la piel debido a los abscesos que se pueden originar. Además se tiene un mayor riesgo de contraer VIH y hepatitis, embarazos no deseados y otras enfermedades de transmisión sexual, por las prácticas sexuales de riesgo que pueden presentarse bajo el efecto de estas drogas.