La situación que viven los Tiburones del Veracruz es nada deseable, la incertidumbre diaria es grave, mantener el ánimo en el vestidor es una misión muy difícil, los estados emocionales que viven todos, subrayo todos los integrantes de una institución en esta circunstancia es al borde de la explosión, la desconfianza, el desánimo, la incertidumbre hacen que si el grupo no está conectado y con un mismo fin el mínimo roce hace que se enciendan los ánimos.
El capitán y las cabezas del grupo además del cuerpo técnico juegan un papel de vital importancia, las situaciones duras pueden tener solución con la intervención de ellos, es muy difícil cuando existe desunión o cuando alguien del grupo quiere salvar su cabeza o es beneficiado por encima del resto de sus compañeros, sucede y se hace evidente. Esta situación se veía venir, era más que notoria cuando en la misma pretemporada se dio un paro de las actividades ante la falta de sueldo con una afectación directa sobre lo más evidente, los resultados deportivos, lo del viernes era de esperar, la actitud del rival es punto y aparte al igual que el movimiento medianamente respaldado por el resto de los jugadores de otros equipos.
Vivimos una situación similar de incertidumbre, con una gran diferencia, mis compañeros lejos de quebrantarse resistieron estoicos, lejos de nuestro país en una junta con el cuerpo técnico se nos preguntó quienes estábamos dispuestos a continuar, la respuesta fue casi unánime y así pudimos participar con dignidad en el certamen más importante del continente la Copa Libertadores de América, terminamos nuestra participación acuchillados en el estadio mundialista Monumental de River Plate, surgió la famosa frase “Un Guerrero nunca muere” y llegamos al viejo y querido Estadio Corona en una travesía gloriosa acompañados y arropados por nuestra afición, el resto de la historia ustedes la conocen, les deseo fuerza y unión a los compañeros de los Tiburones del Veracruz. ¡ Hasta la próxima!
Jorge Galván Zermeño
