Personalmente, me parece que el dinero le ha hecho un daño irreversible al futbol.
En Inglaterra y en México, el poder adquisitivo de los equipos ha condicionado el nivel de talento con el que cuentan los clubes, y en mayor medida, la exigencia que tienen estos por alcanzar logros que seguramente no les competen. ¿Quién dice que la grandeza no se compra?
La bomba explotó hace una década, más o menos. Tiene que ver con el traspaso de Cristiano Ronaldo y Kaká al Real Madrid. Dos de los últimos Balones de Oro fichados al mismo club, y de tajo… ¡bombazo inesperado! A la par y sin hacer tanto ruido, Manchester City y París Saint-Germain daban los primeros trazos de la línea editorial que hoy han instaurado.
Ambos tienen en común algo además de los petrodólares: darían (seguramente) los títulos ligueros que han ganado por una sola Champions League. ¿Pero este es el título que realmente les daría el escenario de “grandeza” al que anhelan? Posiblemente la respuesta esté en la aprobación de la opinión pública, pero no tendría por qué tener más mérito un torneo de eliminación directa que uno que exige planeación y desarrollo futbolístico semana a semana por tantos meses.
La semana pasada el United ‘asaltó’ Etihad contra todo pronóstico. Es cierto que los de Pep no están en forma y acarrean lesiones, pero los de Solskjaer venían jugando peor y contra equipos de la tabla baja. Los rojos presentaron un plantel que en el papel era inferior, y al final sacaron la casta. Evidentemente no pueden jugar al tú por tú, pero dominaron jugar al contragolpe… y les salió.
SEGUNDO TIEMPO
A lo que voy es que creo que hay partidos que se ganan con el escudo. Estoy convencido que la grandeza no se compra. Se construye. Claro que hoy los mejores jugadores valen los millones que se pagan por esa misma razón: por que hay alguien que los paga. ¿Neymar hoy vale 222 millones de euros? ¿Cuánto costaría Mbappé si se dice que hoy el Arsenal pagaría 90 millones por Zaha?
La industria lo ha retribuido. El futbol es un negocio, y su modelo (como su principal herramienta) es redondo. La ilusión se vende cara, los jugadores se convierten en dioses de la noche a la mañana y así, también se crean clubes que en cuestión de meses juegan “Clásicos históricos” como este año en Los Ángeles. Estamos perdiendo los cimientos de verdad.
También es verdad que no hay una fórmula para que un equipo llegue a la grandeza, pero seguramente a posta de billetazos, aficionados de plástico y una nula identidad son el camino contrario. El tiempo valorará, solamente espero que los históricos, los verdaderamente grandes, sigan estando firmes en este deporte que camina, cada vez más, hacia la irrealidad.
TIEMPO EXTRA
A pesar de que Liverpool es considerado uno de los mejores equipos de Inglaterra, nunca ha ganado una Premier League. Sin embargo, eso no fue factor para considerar que dejó de ser grande. Al contrario, estuvo presente en Finales de Champions League, y hoy están solos en el camino al título liguero.
Óscar Parra Silva
