Cultura

Lugar lúdico para la creación infantil

Casita Iguamira es un espacio donde, apartir del juego, los infantes logran expresarse

Espacio recreativo. El juego y el arte ayudan a los infantes a desarrollar su personalidad. (EL SIGLO DE TORREÓN / Saúl Rodríguez)

Espacio recreativo. El juego y el arte ayudan a los infantes a desarrollar su personalidad. (EL SIGLO DE TORREÓN / Saúl Rodríguez)

SAÚL RODRÍGUEZ

Fue hace tres años cuando la idea de un lugar lúdico para niños y niñas, cuya función principal fuese estimular las acciones de los infantes a través del juego, complementándose con las artes y la literatura, surgió en la mente del profesor Raúl Esparza y de otros interesados en el tema.

Así, las fuerzas se unieron y el 28 de febrero de 2017, Casita Iguamira (nombre inspirado en una tribu endémica de La Laguna) abrió sus puertas en el centro de Torreón, como una alternativa a la falta de espacios recreativos dedicados a los niños y las niñas.

Esta ludoteca es una iniciativa ciudadana que no se encuentra subsidiada por ningún gobierno.

"Nos ha costado mucho persuadir y convencer a la gente de que el juego no es sólo, que ya es bastante, el hecho de que tenga un impacto en el desarrollo intelectual y emocional del menor, sino que es un derecho. Está consignado en la Carta de los Derechos para los Niños y las Niñas, y como tal debería respetarse".

Esparza explicó que los adultos son los encargados de garantizarle a los menores que esos derechos se ejerzan. "Tendríamos que ser, como adultos, protectores de esos derechos".

También afirmó que la práctica de las artes plásticas y el conocimiento de la literatura son actividades que también se desarrollan en Casita Iguamira, ya que son herramientas que permiten facilitar la expresión emocional del infante.

HORARIO

Es a partir de las cinco de la tarde cuando Casita Iguamira abre sus puertas para que niños y niñas de 3 a 13 años puedan entrar a este acogedor y colorido lugar para así dar paso al espíritu de su imaginación. Los padres de familia no tienen que inscribir a sus hijos ni estar fijos a un calendario ni pagar una mensualidad para que estos asistan.

"Es un horario abierto de 5 a 8 (P.M.) donde los niños pueden llegar en cualquier momento de ese horario y jugar. Y si les apetece, pintar. Y sí les apetece, escuchar un cuento o leerlo".

En este lugar, la elección que toma el niño o la niña es muy importante. "En eso traduce esto que digo de que a ellos les gusta que les tomen atención, que les presten atención. Les gusta sentirse que forman parte de algo y que no solamente tienen que o pueden ser llevados y traídos a la voluntad de los adultos. Estas decisiones pequeñas, que nos parecen pequeñas y que toman aquí, son importantes para ellos, se sienten individuos, se sienten sujetos, se sienten personas".

Raúl Esparza también enfatizó que las niñas y los niños son sujetos de derechos, como todos los ciudadanos, pero en la convivencia familiar y escolar, pierden muchas veces esos derechos y son los adultos quienes provocan esa situación.

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