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Buenos Deseos (III)

No hagas cosas buenas...

ENRIQUE IRAZOQUI

En el ejercicio de lanzar parabienes a los principales gobernantes que rigen la Comarca Lagunera, llega el turno de hacer lo propio con el gobernador de Durango, doctor José Rosas Aispuro Torres, luego de los haberlo hecho ya con el presidente de México, el licenciado Andrés Manuel López Obrador y con el gobernador de Coahuila, el ingeniero Miguel Ángel Riquelme Solís.

Para contextualizar un poco es importante señalar la complejidad política que ha tenido que enfrentar el gobernador Aispuro durante lo que ha transcurrido en su sexenio, que en septiembre próximo cumplirá 4 años de haber iniciado, es decir, el próximo mes patrio se habrán cumplido dos tercios del primer gobernante que ha ocupado la titularidad del poder Ejecutivo, siendo emanado de un partido que no sea el PRI. Esta circunstancia es más formal que material, puesto que don José Aispuro tiene una larguísima trayectoria en el otrora partidazo y del que se separó hace casi una década luego de que no le dieron la candidatura a la gubernatura por el tricolor. Para la contienda electoral que se realizó justo en el año de los festejos del bicentenario del inicio de la gesta independentista y el centenario de la Revolución Mexicana, el actual gobernador abandonó las filas de su partido luego de que Ismael Hernández Deras optó por su delfín Jorge Herrera Caldera en vez de él, quien era considerado el candidato natural.

Con su capital político bajo del brazo construido en décadas de trabajo, Aispuro Torres fue acogido por el Partido Acción Nacional y compitió por el cargo que hoy él mismo ocupa contra Herrera Caldera. Un resultado estrecho que no le fue favorable le impidió gobernar el estado de Durango de 2010 al 2016, pero en 2012 logró una senaduría y con su conocido oficio nuevamente se postuló como candidato al gobierno 4 años atrás.

En su segunda candidatura, el PAN se alió con varios partidos, entre ellos Movimiento Ciudadano donde militaba el médico oftalmólogo José Ramón Enríquez quien resultaría candidato y a la postre ganador de la alcaldía de la capital.

Con lo cerrado de los comicios para hacerse ya gobernador, a Rosas Aispuro no le alcanzó para tener mayoría en el Congreso local, con todo lo que ello significa, así que en un principio tuvo que transitar con un poder legislativo en manos de sus fieros opositores priistas. Además, aunque del doctor Enríquez fue en alianza con él en las elecciones, tan pronto como el segundo se sentó en la silla de la presidencia municipal de la ciudad de Durango, dejó claro que el gobernador le era ajeno, y durante tres años complicó la maniobra del ejecutivo estatal en la propia sede de los poderes del Estado. A eso habría que agregar que Gómez Palacio fue gobernado del 2016 al 2019 por Leticia Herrera Ale, con todo lo que ello signifique.

A los dos años, y luego de la reforma electoral obligada a la entidades federativas a empatar al menos un proceso local con el federal, Durango decidió homologar el calendario en el que se eligen a los miembros del poder legislativo, lo que ocurrió el 1 de julio de 2018, donde le fenómeno AMLO arrasó como es sabido. Así que desde septiembre de ese año, José Rosas Aispuro cuenta con 4 de 4 diputados de mayoría de Morena, más dos senadores de ese partido de mayoría. Su partido apenas rescató la senaduría de minoría. El congreso local la coalición que llevó al poder a López Obrador tiene 15 de 25 curules, con clara mayoría.

Es evidente pues que el gobernador de Durango ha tenido 4 años difíciles en el sentido de transitar con legisladores federales y locales contrarios a su partido, y sin siquiera con tener alcaldes flexibles.

Tal vez esas pueden ser la condiciones por las que su sexenio está transcurriendo sin pena ni gloria. Durango hay que decirlo, ha mantenido una relativa seguridad pública y los delitos de gran impacto han sido contenidos, pero eso ya se había logrado desde el sexenio anterior al menos en la capital. En La Laguna seguían las luchas y las balaceras de las bandas rivales cuando la capital duranguense ya estaba en relativa calma. Por supuesto que hay que dar mérito que las cosas no se han descompuesto, eso es un éxito del actual gobernador Aispuro.

Sin embargo, el estado de Durango sigue profundizando su desarrollo con el restos de sus vecinos del norte, los últimos 4 años cada vez es más notable que la bella entidad está a la saga del desarrollo si se le compara con Chihuahua, Sinaloa y hasta Coahuila.

No se ha desatado para nada la atracción de inversión que se necesita para dar el salto de calidad y ni siquiera se ha tenido la pericia que en los sexenios de Hernández Deras y Herrera Caldera se tuvo al menos para realizar obra pública.

Por eso para 2020 hay que desearle y hacer votos para que el gobernador José Rosas Aispuro Torres pueda traer a Durango el desarrollo que hasta ahora se le ha negado y que se merece, por supuesto hay que desearle que continúe controlando a los delincuentes como se ha hecho y que en este último tercio sucedan cosas suficientes para que al final de su gestión sea reconocido como hasta ahora por afines y opositores como una buena persona, pero además como un gobernador que contribuyó en serio a la transformación de estado, que tanto lo necesita.

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