En la mayoría de los casos, los niños ocupan un menor porcentaje de la población afectada por el virus en el mundo (CAPTURA)
Desde que apareció la epidemia del COVID-19 en el mundo, a finales del año pasado en China, ésta ha generado incertidumbre no sólo por la naturaleza de su origen, sino sus efectos, contagios síntomas, cura y a qué sectores de población mayormente ataca.
Se ha resaltado en diversas ocasiones que los efectos del coronavirus pueden agraviarse principalmente en personas mayores o en quienes poseen otros padecimientos como enfermedades respiratorias, cardíacas, diabetes, cáncer y presión arterial alta.
Dentro de estos datos salta la duda, ¿qué ocurre con los niños?, pues uno pensaría que estos se convierten en un blanco vulnerable para el virus, sin embargo, las pruebas y datos recolectados desde que comenzó a propagarse el COVID-19, son ciertamente un caso especial.
Una persona adulta puede llegar a percibir distintos síntomas de la enfermedad que como ya se mencionó, pueden derivar a una neumonía, dificultades respiratorias o incluso la muerte.
Los niños por el contrario, aunque al igual que los adultos corren el mismo riesgo de contraer el COVID-19, es probable que no desarrollen los mismos síntomas de la enfermedad o que por lo menos no se agravien tanto como los de una persona mayor.
Según recoge el portal Economía Digital, en China, se determinó que los casos de menores de 18 años significaban el 50 por ciento con síntomas leves, mientras que el 36 desarrollaba neumonías o problemas respiratorios, mientras que sólo el 6 por ciento de los casos registraba problemas severos.
Fue apenas el 24 de marzo que autoridades de el Departamento de Salud Pública del condado de Los Ángeles, dieron a conocer la muerte de un adolescente, convirtiéndose en el primer caso letal por coronavirus de un menor en los Estados Unidos.
Por otra parte hay que resaltar que en países como China o Reino Unido, se han registrado casos de recién nacidos que han dado positivo al COVID-19, lo que ha llevado a científicos a investigar también si es posible contraer la enfermedad dentro del útero de una mujer que esté contagiada por la misma.
El portal de National Geographic, cita al neumólogo pediátrico de la Universidad China de Hong Kong, Gary Wing Kin Wong, quien realiza un estudio enfocado a los efectos que causa el COVID-19 en los infantes, aseverando que estos efectivamente se vuelven menos vulnerables a los efectos del virus debido a que su sistema es capaz de volverse más resistente que el de un adulto, el cual debido a su edad se ha deteriorado.
"Un coche que lleva 15 años circulando, no está en buena forma. Cuando entra un invasor, podría ser capaz de provocar una destrucción más rápida", detalla el especialista.
Así mismo y pese a que quizá no tengan los mismos efectos que un adulto, se recomienda no exponer a los menores al contagio del virus, ya que al igual que en situaciones con adultos, los resultados pueden variar dependiendo del caso.
