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La sequía que más duele

A la ciudadanía

MANUEL VALENCIA CASTRO

A todos las tipos de sequías que se han analizado en colaboraciones anteriores, se puede agregar una más: la inducida, la que, por diversas razones generalmente políticas y técnicas, ocasionan que en amplios sectores donde se presenta mayor densidad poblacional, la zona metropolitana que abarca a los municipios de Torreón, Gómez Palacio, Lerdo y Matamoros, se escasee el agua al punto de tener que restringir su uso a lo más indispensable. Esto en el mejor de los casos. Lo más lamentable es que en no pocas ocasiones el intento de obtener agua consiste en abrir la llave repetidamente durante el día y parte de la noche, sin lograrlo o a veces obtener un poco de agua por un tiempo reducido.

Este problema ya se ha extendido hacia sectores clasemedieros, afectando no solo las actividades domésticas relacionadas con la escasez del vital líquido, situación que se agrava con la pandemia provocada por el COVID-19 que limita la aplicación de las medidas sanitarias recomendadas por el sector salud. Esta escasez también ha afectado el valor patrimonial de terrenos y fincas, ahora cuando se va a comprar una casa o un terreno es común preguntar dos cosas: ¿se tienen problemas de agua? ¿Se inunda cuando llueve? Y en no pocas ocasiones la respuesta desvía la decisión del interesado.

La sequía del hogar, la que más duele, tiene su origen en diferentes causas, la más importante quizás ya conocida por todos es el de la sobreexplotación de los mantos acuíferos por la industria agropecuaria. La cual debiera ser el centro de atención cuando se toman decisiones para resolver o paliar el problema arriba comentado.

A veces la buena intención no es suficiente, aunque se agradece, la gestión de perforación de nuevos pozos es una solución temporal que va exactamente en la misma línea del problema, más pozos más sobreexplotación, habrá que pensar diferente y pensar con urgencia en el almacenamiento de agua, pero en el subsuelo no en cuerpos de agua superficiales, que ya existen y que tienen sus asegunes. Una buena gestión del agua tendría que considerar una vez resuelto el problema del desbalance hídrico, ahorrar agua y planificar en base a este.

Lo razonable es vivir de los intereses en lugar de acabarse el capital natural. Esto puede parecer utópico y pensar que no es posible, pero recordemos que no somos los únicos que habitamos este planeta y que existen muchas regiones en donde han planificado así el uso de su recurso más escaso con resultados aceptables que quizás valga la pena emular.

La solución que más se ha impulsado políticamente para resolver el caso de la escasez de agua para uso doméstico es el traer agua de la presa Francisco Zarco, potabilizarla y meterla a la red, que por cierto tendría que restaurarse primero. Esto tiene las siguientes ventajas y desventajas se proporciona agua sin arsénico a un porcentaje de la población y tiene los siguientes inconvenientes:

- Se presentan dificultades por temporadas de seca

- No resuelve el problema de envenenamiento de personas alejadas

- No resuelve el problema de abatimiento de los acuíferos

- Resulta muy costoso llevar agua limpia que se usa para limpiar ropa, pisos, baños.

La presa Francisco Zarco, potabilizarla e introducirla a la red de agua de las tres ciudades, la que por cierto, tendría que restaurarse primero. Esta alternativa tiene las siguientes ventajas y desventajas: se tendría agua suficiente y sin metales pesados.

No obstante, es un proyecto faraónico excesivamente costoso, que además no tiene asegurada el agua que se aprovecharía, ya que hasta el último litro de la presa está concesionado. Por otro lado, ignora la problemática de las áreas rurales periféricas, donde el problema del arsénico se ha agudizado y ocasionado graves consecuencias en la salud a sus habitantes. No contempla la recarga del acuífero principal y de otros que también se encuentran sobreexplotados. Los cuales de continuar así, estarían destinados a su extinción, y por ende, dependeríamos totalmente del agua de la presa, que tiene un altísimo grado de incertidumbre por la presencia o ausencia de las lluvias.

Una propuesta más razonable y equilibrada es la de la asociación civil Encuentro Ciudadano Lagunero: regular las extracciones de agua del subsuelo mediante el establecimiento de un Sistema de Medición Telemétrica que permita cuantificar en tiempo real los volúmenes de agua que se bombean en 1,650 pozos, 43% del total de 3,804 pozos que aparecen registrados en el padrón de pozos en el Registro Público de Derechos de Agua ubicados en el Acuífero Principal (CONAGUA, 2008).

La dimensión del problema que enfrentamos los laguneros relacionada con la calidad y el abasto de agua para uso doméstico, que ya afecta a algunos y que muy probablemente en no poco tiempo nos involucrará a todos, obliga a que pongamos atención en las alternativas de solución que está contemplando el Gobierno, puesto que no parece vaya a atinarle en cuál sería la más pertinente. Por lo pronto, lo afectados continuaremos resintiendo la sequía este y quien sabe cuántos años más.

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