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Muertos y vivos

Alejandro Tovar

Basta con que derribemos a quienes habíamos erigido como semidioses para que el orbe entre en ebullición. Ahora mismo,

Diego deberá estar esperando turno para ser enjuiciado allá arriba, porque hay inusitada demanda en este año y los dolientes, junto a millares de comunes, entran a las filas de los inquisidores, de los especuladores y dubitativos, por quien ya se fue sin remedio.

Hay quienes no disimulan su odio, como Peter Shilton (71) el arquero inglés que el 22 de junio de 1986 recibió dos goles inolvidables, para la leyenda futbolera, para su historia e histeria. Maradona le hizo el primero con la mano pero no tuvo culpa de que el árbitro tunecino Ali Bennaceur lo convalidara. Del otro no habla, pese a que le llaman “el gol del siglo”. Shilton revive en sueños el galope zigzagueante de Diego, que fue dejando en el camino a Hodle, Reid, Butcher y Fenwick, antes de dejarlo tieso. El pasado no muere y es legítimo seleccionar los recuerdos.

En este tiempo el vacío de emociones y situaciones diferentes solo se consigue con las nuevas poses de Yanet García o Demi Rose, porque todo el ambiente es repetitivo e hipócrita. El poderoso Madrid dobla al Inter y se apaga con el Alavés, el América es doblado por el cañón humeante de Chicote y Herrera, ya no culpa al árbitro, sino a la falta de actitud en “un partido desafortunado”. Ferreti dice que a Tigres “no le alcanzó” pero no se refiere a fracaso, solo a “errores defensivos”.

Hace 85 años Gardel sostenía que “así aprendí que hay que fingir, para vivir decentemente, que amor y fe, mentiras son y del dolor, se ríe la gente” pues ya se ve que no hay muchos cambios. Por ello mejor seleccionar detalles vivaces como al genial filósofo francés Jean Paul Sartre (1905- 1980) que dijo en broma “en el futbol todo se complica, por la presencia del equipo adversario”.

En cambio la talentoso novelista inglesa Virginia Wolff (1882- 1941), influyente feminista que nunca ganó un halago por su simpatía, decía que la presencia de la mujer en una cancha de futbol era como la de una judía en un campo de concentración nazi. Qué contraste con el fino humor de Sartre, ejemplar y famoso por declinar el Premio Nobel de literatura en 1964 por sus convicciones.

Diego será discutido siempre y todas las opiniones son respetables pero debemos separar al jugador fenomenal del hombre. Toda la intolerancia tiene un aspecto oscuro y las personas piden libertad de expresión como compensación por la libertad de pensamiento que rara vez usan. Por ello debemos estar firmes, sin sesgos ideológicos en el enfoque de temas sociales y humanos.

Preferir en tiempos donde estamos siendo artistas de la sobrevivencia, recordar a Albert Camus (1913-1960) el escritor singular, amante del juego de futbol.

Su madre, era sordomuda, lavaba ropa ajena para mantenerlo. Por ello el niño Camus, en su pobreza, jugaba de portero para no gastar sus zapatos. Ya mayor y famoso dijo: “Después de muchos años en que el mundo me ha permitido variadas experiencias, lo que más sé a la larga, acerca de moral y de las obligaciones de los hombres, se lo debo al futbol”. Entonces, si quieres conocer a alguien pregúntale de futbol.

*Alejandro Tovar//*[email protected]

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