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Contexto lagunero

Conversaciones casuales

JUAN MANUEL GONZÁLEZ

Hasta principios del año pasado, las conversaciones casuales en el trabajo eran casi un ritual para la mayoría de nosotros. Intercambiando saludos con los colegas en nuestro recorrido desde el estacionamiento, hablando de los fines de semana mientras esperamos que inicie una junta o platicando acerca de nuestras familias junto a la cafetera. Aunque estos breves encuentros duran solo unos minutos, juegan un papel muy importante y nos hacen sentirnos conectados emocionalmente con el trabajo.

De varias maneras, las conversaciones casuales nos ponen accesibles y preparan el camino para conversaciones mas serias tales como negociaciones, entrevistas de trabajo, platicas de ventas y evaluaciones de desempeño. Las pequeñas cosas que aprendemos de nuestros colegas -si tocan guitarra o algún otro instrumento o si tienen mascotas, etc. -construyen relación y confianza. Las investigaciones al respecto indican que los encuentros casuales y las conversaciones espontaneas con nuestros compañeros de trabajo motivan la colaboración y mejoran la creatividad, la innovación y el desempeño.

Mucha gente dice que las pequeñas conversaciones los energizan y los hacen sentir parte del equipo y que son “vistos” por los demás. Sin que sea necesario conocer cada detalle de la vida de los demás, las conversaciones casuales ayudan a que todos se sientan como personas reales que importan. La pandemia borro también estas pequeñas oportunidades de interactuar con otros en el trabajo.

Muchas personas son profundamente escépticas acerca de las ventajas de las conversaciones casuales en el trabajo. Dicen que los ponen ansiosos, que solo son chismes, perdida de tiempo y que son incomodas. De hecho, algunos de los que así piensan, procuran llegar a las juntas exactamente a la hora que inician, para evitar estas charlas previas. Ultimadamente, las charlas casuales en el trabajo ¿Ayudan o estorban a los empleados?

Antes de que se presentara la pandemia, se investigo a 151 adultos que trabajan tiempo completo, durante 15 días de trabajo consecutivos. Se les preguntó que tantas veces entablaban conversaciones cortas en el trabajo cada día y si sentían emociones positivas (como amistad, orgullo, gratitud) y más enfoque en el trabajo. Se les pidió que cada día reportaran sus niveles de bienestar y comportamiento social.

Los resultados mostraron que las conversaciones casuales eran las dos cosas: motivadoras y distractoras. Los días en que los empleados tuvieron más conversaciones que las usuales, experimentaron mas emociones positivas y se sintieron

menos agobiados y mas dispuestos a ayudar a sus compañeros. Al mismo tiempo se sintieron menos enfocados y concentrados en su propio trabajo y limitados en su habilidad para apoyar a otros. Sin embargo, un grupo de empleados -adeptos a entender a los demás y ajustar sus conversaciones-, reportaron menos distracción por conversar casualmente. También se determinó que las conversaciones no tienen que ser largas o íntimas para dar beneficios; quedó claro que lo positivo de las conversaciones casuales pesa más que lo negativo de las mismas y que lo negativo puede ser manejable.

Si el trabajo a distancia continúa por más tiempo, las organizaciones necesitan considerar algunas prácticas para integrar las conversaciones casuales en el ecosistema del trabajo. La buena noticia es que las relaciones virtuales presentan una sorpresiva oportunidad para fomentar el valor de las charlas cortas.

El trabajo desde casa ha vuelto muy borrosa la línea entre el trabajo y la vida personal y sin los encuentros diarios entre empleados, estos batallan mucho para relacionarse entre ellos con temas fuera de trabajo. En estos casos las conversaciones casuales ayudan a “desconectarse” de la casa y “conectarse” con el trabajo. Por eso es buena idea dejar algo de tiempo previo a las reuniones de trabajo, para que los empleados se saluden, intercambien comentarios o bromas y hacer preguntas divertidas; esto pondrá a todos a tono para los temas de la empresa.

Es importante que durante la pandemia los empleados tengan oportunidades de charlas casuales entre ellos tal y como las tenían cuando compartían la oficina, esto es de gran valor para fomentar las relaciones. Algunas plataformas como Airmeet ayudan para crear redes entre los empleados, aunque estos encuentros son menos espontáneos, son muy incluyentes y le dan a todos la oportunidad de conectarse.

Los gerentes y los empleados deben tener cuidado de que las conversaciones casuales no se conviertan en eventos negativos. Las conversaciones casuales son superficiales, enfocadas en temas no polémicos -como política y religión o relaciones románticas- y que no propician los chismes.

Otras aplicaciones en línea como Water Cooler, permiten a los empleados tomar un tiempo breve para conversar con sus colegas acerca de temas comunes de interés. Programas como este -water cooler-, tienen ventanas fijas de conversación para prevenir que no se afecte la productividad. Incluso, podemos usar estrategias personales como enviar un correo o un mensaje de texto a sus colegas para saludarlos y saber cómo están. Los empleados experimentan el más alto sentido de pertenencia cuando sus colegas se interesan en ellos.

Las juntas en Teams o Zoom continuarán por mucho tiempo más, no subestimemos las conversaciones casuales. El que tengamos que trabajar de forma remota no significa que las conversaciones casuales no sean importantes. Son más importantes que nunca, aprovechemos las oportunidades diarias de conexión aun en ambientes virtuales.

Fuente: Harvard Business Review, University of Exeter Business School, University of Arizona, Texas Christian University School of Business, California State University.

www.degerencia.com/jmg

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