Columnas Social

Una forma actual de influir

Las palabras tienen la palabra

JUAN RECAREDO

De hace algunos años para acá, en las redes sociales se han vuelto muy populares los influencers, que usted -como yo- seguramente ha visto o escuchado sobre ellos.

¿Qué son los influencers? Pues personas a las que se les llama así -en inglés, ¡obvio!, para que se escuche mejor, más nice- porque lo que muestran en sus publicaciones de fotografías y videos influyen de alguna manera en su público, ya sea para que compren algo, piensen o actúen de forma determinada o muchos propósitos más.

Lo que distingue a esta "especie" de la era digital es que la mayoría ofrece un estilo de vida aspirativo, o sea que quienes los ven en las redes desean o quieren conseguir lo que ellos tienen o la vida que llevan, la mayoría de las veces sin que éste -el público- reflexione sobre si lo que está viendo en las publicaciones es verdadero y no una ilusión, porque normalmente la realidad es muy diferente a lo que se muestra en las redes.

Sin embargo, muchas personas desean volverse eso, influencers, porque es una fórmula que ha resultado ser muy exitosa, sobre todo si se logra establecer la conexión con el público que, si resulta buena, puede llegar a ser de millones de personas… ¡que no es poca cosa!

Independientemente de cómo ha evolucionado esta forma de figura pública, lo que no ha cambiado -ni cambiará- es que el influencer, como todos los que se dirigen a un público, deben de hacerse ciertas preguntas y contestárselas a ellos mismos, para lograr que su mensaje llegue adecuadamente. Si quiero ser uno de ellos, debo preguntarme: ¿quién es mi público?, ¿qué es lo que desean?, ¿qué esperan de alguien como yo?, ¿qué quiero decirles?

Estas preguntas parecen muy obvias, pero encontrar sus respuestas es realmente indispensable para poder establecer esa comunicación deseada con el público y éstas -las preguntas- serán siempre las mismas, no importa qué otro tipo de comunicadores, influencers o personajes diferentes surjan con el tiempo.

Es muy importante conocer al público para saber el tipo de mensaje que les quiero comunicar, y con él -el mensaje- debo satisfacer algo especifico que desea la gente que me ve, escucha o lee. Luego, ya que el mensaje está siendo recibido y aceptado, puedo considerar que tengo ya la capacidad de ejercer algún tipo de influencia en ese público.

Así funciona y en principio parece muy fácil, pero no lo es, porque requiere de una tremenda habilidad para hacer que la gente se identifique conmigo y luego, con el mensaje que le quiero dar.

Y por último, le comparto a usted el ingrediente secreto: el humor. Si logras incluir algo de humor al mensaje que quieres dar, ¡ya fregaste! porque a todos nos encanta reír y divertirnos, así que con la risa puedes abrir muchas puertas y comunicar el mensaje que quieres.

Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios.

ME PREGUNTA:

Juanita Baeza: "¿Es correcto decir que un lugar está hasta el tope cuando está muy lleno de gente?"

LE RESPONDO:

La expresión "hasta el tope" la usamos con el sentido de "hasta la parte más alta" pero a la Real Academia no le gusta y no lo acepta, porque es tomado del inglés top y nos dice -la Academia- que usemos "cabeza": "El restaurante estaba hasta la cabeza", sería la manera correcta pero que no se entiende igual. El significado de "tope" en español es de "algo que detiene un movimiento o amortigua un choque".

LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA:

Me disgusta que mi hijo me haga preguntas como: "papá, ¿qué son los cuernos?", sobre todo cuando tengo tantas cosas en la cabeza.

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