Palacio Nacional manifestación por feminicidios en México. (ARCHIVO)
De enero a febrero de este 2014, el número de mujeres víctimas tanto por feminicidio como por homicidio doloso en México, se duplicó. Durango y Coahuila se mantienen en los últimos lugares en incidencia.
Al cierre del mes de enero, de acuerdo al reporte más actualizado del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad, la cifra de víctimas era de 256, la cual se incrementó hasta alcanzar las 530, de las cuales el 21 por ciento fueron víctimas de feminicidio.
Al cierre de febrero la cifra de feminicidios alcanzó las 112 víctimas, siendo el municipio de Hermosillo, Sonora, el que encabeza el listado de ciudades con el mayor número de víctimas de dicho delito, con un total de 4 mujeres asesinadas. El municipio de Zacatecas se encuentra en el último lugar.
También se incrementó el número de municipios en donde se registraron los casos de feminicidio, pues hasta enero eran solo 48, cifra que también se duplicó hasta alcanzara los 87 municipios.
Entre estos se encuentra solo el municipio lagunero de Tlahualilo, Durango, el cual cayó de la posición número 17 hasta la 33 con solo un caso, del cual ya se tiene una persona encarcelada, mientras que por el lado de Coahuila, aparece el municipio de Acuña en la posición número 36, también con una sola víctima.
La muerte violenta de las mujeres por razones de género, tipificada en el sistema penal como feminicidio, es la forma más extrema de violencia contra la mujer.
En tanto los homicidios dolosos, estos se duplicaron prácticamente de un mes a otro, ya que hasta el cierre de enero se habían reportado 201 homicidios, cantidad que subió hasta los 418, al cierre de febrero.
En ese tiempo, los casos de homicidios dolosos en Coahuila subieron a 2, mientras que en Durango se mantuvieron en solo un homicidio. Ante tales cifra, ambas entidades se mantienen en las últimas posiciones en la tabla en las que se contemplan los 32 estados del país.
El homicidio doloso se tipifica como tal, si el homicida tiene el ánimo o la intención de acabar con la vida de otro ser humano.
