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Tras la plática que sostuvo el presidente Andrés Manuel López Obrador con su homólogo estadounidense, Joe Biden, el pasado 3 de febrero, donde le expuso su propuesta migratoria, el titular del Ejecutivo federal presentó su decálogo migratorio este martes.
Las iniciativas del Gobierno son la regularización de los mexicanos que llevan más de cinco años viviendo y trabajando en Estados Unidos; la aprobación de un presupuesto de 20 mil millones de dólares anuales para apoyar a países pobres de América Latina y El Caribe, donde sus pueblos por necesidad se ven obligados a emigrar.
También destacan la suspensión de sanciones a Venezuela para aminorar los flujos migratorios, así como el levantamiento del bloqueo a Cuba que va en el mismo sentido.
López Obrador le llamó a mantener el programa de recepción de migrantes por las vías legales y no optar por construir muros ni cerrar la frontera.
El combate al narcotráfico y el consumo de drogas químicas como el fentanilo son parte de las propuestas, mismas que fueron incluidas como iniciativas de reforma el pasado lunes por el primer mandatario.
Regular la venta y exportación de armas de Estados Unidos a México y la elaboración de un plan de desarrollo conjunto para impulsar la industrialización y el comercio en el marco del T-MEC, para continuar fortaleciendo a América del Norte como región en el mundo también fue un punto que destacó el presidente.
Asimismo, llamó a reafirmar el compromiso de mantener las relaciones de cooperación, amistad y respeto a las soberanías.
Indicó que Biden le habló por teléfono el fin de semana ante las negociaciones en el Senado estadounidense, donde este miércoles votarán una propuesta bipartidista que incluiría más restricciones migratorias y reviviría medidas del expresidente Donald Trump.
En ese sentido, afirmó que "no va a funcionar" el plan migratorio que discute el Senado de ese país, que contempla cerrar la frontera y expulsar a México a solicitantes de asilo.
Por la tarde, López Obrador se reunió con la asesora en materia de Seguridad de la Casa Blanca, Elizabeth Sherwood-Randall, en Palacio Nacional, con quien dialogó sobre migración y seguridad. Estuvo acompañada por el embajador Ken Salazar.
Durante la conversación se aseguró que para Estados Unidos la investigación de la DEA del supuesto financiamiento del narcotráfico de la primera campaña de López Obrador es un caso cerrado, donde no se encontró ningún delito, así lo informó la asesora de Seguridad de la Casa Blanca.
Funcionarios de la Cancillería mexicana aseguran que no se trató de dar disculpas, pues sostuvieron que la investigación fue ajena a la Casa Blanca.
