Exposición ‘Espacios de reflexión y fantasía’ (RAMÓN SOTOMAYOR)
Las mujeres han estado en la fotografía desde el origen de ésta en 1839. Sus miradas tras la lente de la cámara han sido capaces de registrar momentos clave de la historia, perspectivas, visiones del mundo. En el eco de cada imagen está también el derecho femenino al ejercicio creativo, voces que se levantan desde un silencio revelado.
Este jueves por la noche, el Museo Arocena inauguró la exposición ‘Espacios de reflexión y fantasía’, donde se muestra el trabajo de once fotógrafas mexicanas: Yolanda Andrade, Patricia Lagarde, Cannon Bernáldez, Laura Cohen, Paola Dávila, Flor Garduño, Alexandra Germán, Kati Horna, Graciela Iturbide, Cristina Kahlo y Cynthia (Araf) Serur. Se trata de una colaboración del recinto lagunero con Patricia Conde Galería, la cual se ubica en Ciudad de México.
En entrevista exclusiva para El Siglo, Emma Cecilia García Krinsky, curadora de la muestra, y José Antonio Martínez, codirector de Patricia Conde Galería, indicaron que este proyecto surgió en 2018 de a iniciativa de Patricia Conde, quien se percató de que la galería representaba a un número importante de mujeres, por lo que decidió montar una exposición de fotógrafas pertenecientes a su acervo.
“Trabajé con estas 10 fotógrafas, fue una investigación de aproximadamente un año, más o menos, en las que visité sus estudios y revisé la obra que tenían. Evidentemente, vienen distintos tipos de trabajo, determinadas series. Entonces, a partir de esa revisión, traté de buscar cuáles podrían ser las obras que tuvieran un hilo conductor entre todas las fotógrafas”, compartió Emma Cecilia García Krinsky.
Cada una de las once fotógrafas (todas nacidas en el siglo XX) emplean un estilo propio y pertenecen a distintas generaciones. Los hilos conductores propuestos se gestan según el tema y las técnicas empleadas. Así se reunieron un total de 54 piezas fotográficas.
“Me di cuenta de que cada una manejaba distintos espacios. Hay un espacio donde se maneja la fantasía, un espacio donde se maneja la reflexión, un espacio donde se maneja la ciudad y la intimidad, un espacio donde se habla del mundo interior. Entonces, esos son los distintos núcleos de la exposición”.
Las perspectivas de las fotógrafas generan así un gran mosaico de perspectivas. Se registran técnicas antiguas como el ambrotipo, plata gelatina, inyección de tinta, fotografía en movimiento, entre otras. La idea de la exposición también es salir un poco de los muros, no sujetarse a la fotografía cien por ciento bidimensional.
“Aporta mucho el hecho de tener una exposición en la que participan solamente mujeres. Es darle un lugar a las mujeres fotógrafas. No es una exposición con tendencia feminista; sin embargo, sí es un lugar para las mujeres dentro de la fotografía. Creo que esa es una de las aportaciones en estas fechas que son tan importantes: tener la presencia de las mujeres en las distintas artes, en la cultura de México”.
