Jon Fosse enfatiza el arte en su mensaje del Día Mundial del Teatro

El Día Mundial del Teatro se ha celebrado cada 27 de marzo desde 1962. Se trata de una iniciativa del Instituto Internacional del Teatro (ITI, por sus siglas en inglés), la cual funge como un agente visibilizador del arte escénico en todas latitudes. Así, es también un llamado de atención para los gobiernos, instituciones y personas para que reconozcan el valor de esta labor.

En este marco, cada año es elegida una personalidad importante del teatro internacional para que otorgue un mensaje. En 2024, el texto es autoría del dramaturgo noruego Jon Fosse, recientemente reconocido con el Premio Nobel de Literatura 2023.

En la actualidad, Fosse se ha convertido en uno de los rostros teatrales de mayor proyección. Incluso el jurado del Nobel indicó que ese premio le fue concedido gracias a “sus obras teatrales innovadoras y su prosa que da voz a lo indecible”.

En su mensaje, titulado El Arte es paz, el dramaturgo abre con la idea de que cada persona es única y, al mismo tiempo, igual a los demás. En el interior de cada ser humano hay rasgos irrepetibles. A ese lugar se le puede llamar alma o espíritu, o simplemente no emplear palabras para mencionarlo. “Al mismo tiempo que somos diferentes, también somos iguales”.

Acto siguiente, su discurso abre telón en el campo del arte. Fosse se refiere a él como una manera de reunir “lo absolutamente único con lo universal”. El arte también permite entender la diferencia entre lo extraño y lo universal. Por esa razón es capaz de trascender los lenguajes y límites geográficos.

“El arte no se expresa provocando que todo sea igual, por el contrario, nos muestra nuestras diferencias, aquello que es ajeno o extraño”.

Y es que, agrega el Premio Nobel, un buen arte contiene “algo extraño, algo que no podemos comprender completamente y que, sin embargo, entendemos de cierto modo”.

Entonces, dentro del arte surca algo enigmático, algo que fascina, que lleva a los seres humanos más allá de sus límites. Esta visión, dice Fosse, es contraria a los conflictos violentos que acontecen en el mundo, los cuales “alimentan la tentación destructiva de aniquilar todo lo extraño, todo lo único y diferente, comúnmente utilizando los inventos más inhumanos que la tecnología ha puesto a nuestra disposición”.

No sería un error pensar que Fosse se refiere a las guerras entre Israel y Palestina o entre Rusia y Ucrania. En ellas desaparece lo diferente y las semejanzas colectivas.

“La Guerra (lo escribe con mayúscula) es la batalla contra lo que yace en lo más profundo de cada uno de nosotros: lo único. Y es una batalla contra todo arte, contra la esencia más íntima de todo arte”.

Por último, aclara porque habla del arte general y no sólo del teatro. La razón es porque todo buen arte gira en torno a lo mismo: “tomar lo singular y específico para hacerlo universal”.

“Es tan simple como que la guerra y el arte son opuestos, como la guerra y la paz son opuestos. El Arte es paz”.